CULTURA:
Huellas de Mujeres
ACTUALIZACIÓN
MENSUAL (Martes)
Dian Fossey
Dian Fossey nace en 1932,
en Fairfax, California. Su vida pasó desapercibida para el mundo hasta
principios de la década de los sesenta, viajó a Ãfrica.
En ese momento, ella se
dedicaba al tratamiento de niños discapacitados mentalmente y a la terapia
ocupacional. Por fin, durante esos años logra llevar a cabo el sueño de su
vida, conocer la tierra del Mundo Salvaje, Ãfrica. AllÃ, Dian tiene contacto
con el antropólogo Dr. Louis Leakey, quien la introduce en el tema de los
gorilas.
Leakey estaba buscando la
persona indicada para que se dedicara a la investigación de estos misteriosos
animales, de los que se sabÃa muy poco. Él creÃa que las mujeres tenÃan
mayores capacidades y una especial sensibilidad para trabajar con estos
animalitos y comprender su hermética naturaleza.
Dian siempre fue una mujer
muy tÃmida y de carácter fuerte, rasgos que tal vez fueron determinantes para
que ella se dedicara tan absolutamente a estos grandiosos animales y se
conviertiera en una feroz conservacionista e incondicional defensora de gorilas.
Para el año de 1967,
Fossey se instaló en Zaire y luego en el Congo a estudiar a fondo el
comportamiento de los gorilas, sin tener grandes conocimientos de zoologÃa,
pero sà mucha voluntad y un verdadero y genuino amor por la naturaleza,
especialmente por estos gigantes que llegarÃan a ser su familia.
Al poco tiempo de
internarse en las montañas de Virunga, la inestabilidad polÃtica de la zona la
obligó a establecerse en la frontera con Rwanda. AllÃ, con gran empeño logró
fundar el Karisoke Research Center. Para sus investigaciones tomó como base y
guÃa el trabajo de campo de George B. Schaller y puso en práctica muchos de
los métodos que Jane Goodall utilizó en el estudió de chimpancés, quien
también habÃa sido estimulada por Leakey.
Uno de los métodos más
conocidos consisitÃa en otorgarle en un nombre propio al gorila en el preciso momento en que fuera capaz de
reconocerlo, para asà diferenciarlo de los
demás y poder observarlo con mayor facilidad. Además, logró acercarse a los
animales gracias a su intuición que le indicaba que entre menos ellos la
diferenciaran más le permitirÃan acercarse. Asà imitaba sus sonidos y comÃa
ruidosamente apio salvaje al igual que ellos lo hacÃan.
Sus estudios cambiaron
mucho las nociones que se tenÃa acerca de los gorilas, sobre los cuales
existÃa el prejuicio de que eran violentos y carnÃvoros. Este mito se
mantenÃa en el conocimiento popular alimentado por pelÃculas como King Kong.
Pero, los esfuerzos de
Dian no sólo se limitaron a estudiar a estas criaturas. También se
dedicó a crear una conciencia en contra de la caza furtiva la cual estaba
acabando con los gorilas. Hoy muchos opinan que si ella no hubiera dedicado su
vida a esto, los gorilas pertenecerÃan hoy a las especies desaparecidas.
Uno de los gorilas se
llamó Digit, y fue éste con el que logró mayor comunicación, incluso al
nivel de que él le permitÃa jugar con las crÃas y le daba su propia mano.
Digit murió en una emboscada de cazadores furtivos o poachers
defendiendo a su grupo familiar.
Este hecho desencadenó
una furia incontenible en Dian, quien después de la terrible pérdida se abocó
a la persecución de estos cazadores a quienes odiaba con toda su alma. Les
ponÃa trampas y llegó a verdaderos extremos para salvar a sus amados gorilas.
Poco después, creó la
fundación Digit para recaudar fondos que ayudaran a la conservación de estos
animales, los tranquilos y misteriosos seres que ella defenderÃa hasta el fin
de sus dÃas.
Por su extraña
fascinación hacia estas magnÃficas bestias, muchos la rechazaron y la
persiguieron, pues la consideraron una persona inestable que preferÃa el
contacto con gorilas que con seres humanos. Ante esta conducta fue perseguida y
sin causa aparente apareció brutalmente asesinada en su vivienda de Karisoke,
el 27 de diciembre de 1985. El
crimen no ha sido resuelto, aunque se piensa que está directamente relacionado
con la persecusión que ella emprendió contra los cazadores furtivos.
Ella fue enterrada en el
cementerio que habÃa construido para gorilas a la par de su vivienda. Su vida
fue recordada en la pelÃcula Gorilas en la Niebla, del mismo tÃtulo que su
libro. Su trabajo y muerte no fueron en vano, ya que hoy en dÃa el gorila
sobrevive y se puede ser bastante optimista acerca de su futuro.
Más
biografÃas
|